Resultaba chocante cuando ibas al cine en Italia y de pronto aparecía el "Fine primo tempo". El intermedio, de unos 15/20 minutos, te partía la película por la mitad y no servía más que para comentar que tal estaba resultando y pillar algo en el bar. No se si mantendrán esta costumbre todavía, supongo que la costumbre la arrastrarían de otros tiempos, cuando el cine era otro cine.
En nuestra aventura camboyana sí tiene sentido un "fin de la primera parte". Como Isa escribía, en estos tres meses hemos cubierto objetivos de aclimatación local, aproximación cultural y gastronómica, perfeccionamiento de habilidades prácticas (regateo y palillismo) y nuevos medios de locomoción.
Ahora viene bien un descanso para saber apreciarlo todo mejor.. para echar de menos que te griten por las esquinas "tuk tuk, sir?" o "moto, sir? moto?". Seguro que nos extraña ir a Zara y que la dependienta pase de nosotros en vez de pegarse a nuestras espaldas por si se nos ocurre preguntar algo, o ir al mercado sin escuchar esa cantinela continua del "buy something, sir? buy something?", o pagar lo que pone en la etiqueta sin tratar de bajar el precio al menos un par de dólares (oh, no! ahora euros!!). Creo que lo más duro será volver a cruzar la calle esperando los semáforos...
También agradeceremos poder ir por la acera sin tener que saltar coches aparcados, o sin meter la pata en algún cenagal urbano, o poder hablar con cualquiera sin echar mano de un idioma aburrido (sorry, Shakespeare!) y, a ratos, incomprensible según quien te hable.
No me explico cómo Isa puede estar deseando querer ponerse medias, sentir frío, ver la nieve... yo lo que quiero es una buena tapa de queso y un buen vinito! Aparte de poderlo compartir con ustedes! Cada uno buscaremos una cosa en nuestras tres semanas por España, pero tenemos claro lo que tenemos que meter en la maleta cuando regresemos. Mercadona, tiembla! Si en el sorteo de amigo invisible a alguien le ha tocado Isa, que no lo dude! Unas buenas latitas de mejillones, ventresca, navajas, fantástica melva de Tarifa, estupendas anchoas del Cantábrico o cualquier cosa que recuerde a una tapa normal de cualquier bar de nuestra tierra, será más que bien recibido!
Si todo va según lo previsto, en las próximas horas estaremos encerrados en un avión camino de casa. Serán 13 pesadas horas de vuelo, pero la recompensa merece la pena!
Allá vamos, preparaos! Nos vemos pronto,