miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sin prosa, pero sin pausa

3 días en la playa - Rabbit Island, frente a Kep, a 180 km de PP y a 40 de la frontera con Vietnam - Atasco de 4 horas para salir de la ciudad - Noche a dos pasos del parque natural de Kep - Traslado a la isla - Hamaca, baño, libro - Circunpaseamos la isla, un ratito a pie y otro casi nadando - Baño, cerveza, charla - Amenaza de tormenta que se queda en nada - Langostinos, gambas y cangrejos - Baño, baño y baño - Mosquitos - Atardecer de lujo y noche de luna llena - Volveremos.










Isa tiene preparada crónica completa (o no?).

No es cuestión de mirar para otro lado, pero sí de saber enfocar en cada momento.

Abrazos,

martes, 23 de noviembre de 2010

Cerca y lejos

Conceptos tan simples toman un significado particular cuando las circunstancias así lo deciden.

Ayer regresábamos de pasar el puente del Water Festival en la playa. Llegamos temprano, tratando de evitar las cuatro horas y pico de atasco que nos impidieron salir de Phnom Penh el viernes antes de las diez de la noche. La ciudad vibraba, se notaba el ambiente festivo por las calles: parejas en moto con globos, familias enteras caminando con niños de la mano y bolsas de caramelos y algún peluche, tuks cargados con quince o veinte paisanos (cuando normalmente seis ya van apretados), calles cortadas reservadas únicamente a peatones...

Las calles alrededor de casa hervían, una peregrinación interminable de tuks, motos y gente a pie recorrían como hormigas las esquinas de la 51. Me había acercado al Vego para pillar un par de ensaladas para la cena. Cerrado. Bajé hasta el Lunch Box. También cerrado. Tardé en cruzar de una a otra esquina unos diez minutos. Gente y más gente. Conseguí encargar una ensalada para llevar en un restaurante-terraza de la 278 con la 51. Desde allí arriba, esquina privilegiada frente a la pagoda del Wat Lan Ka, veía el bulevar de Sihanouk inundado por la marea de gente: dos (o tres carriles) en cada dirección y el jardín central ocupado por cientos de personas que bajaban o subían desde el río.

Camino del súper le decía a Isa que avejento por momentos y que me empiezan a agobiar las multitudes. Al regresar a casa, manzana y media, parece que todo está más tranquilo por aquí.

Cenamos con el ruido de fondo de las sirenas, pero no podíamos imaginar nada de lo que estaba pasando a algo menos de un kilómetro de casa.

Fue el teléfono el que nos despertó desde UK. "Sí, estamos bien" le escuché a Isa, "más de trescientos muertos en Phnom Penh" me dijo todavía aturdida entre el sueño y la conmoción. "No, no puede ser.. serán heridos, no muertos". Pues no, ya van camino de 400 los fallecidos por una de las estampidas humanas más desgraciadas de la historia.

Ordenador encendido, primeras informaciones vía twitter y avances... Las declaraciones del primer ministro Hun Sen no son nada alentadoras: "la peor tragedia en este país desde el régimen de Pol Pot". Parece macabro poder sólo comparar el infierno con otro infierno.

Esta mañana Isa ha ido a trabajar. En la oficina, aún cuando muchos están todavía de vacaciones, están todos bien. Amigos y conocidos heridos en el hospital. Me cuenta que no hay mucha gente por la calle y que ha tenido problemas para encontrar moto para venir a casa. Se declaró día de luto.. pero qué significa un día de luto cuando media ciudad está todavía buscando entre las aguas del Tonlé a los que saltaron de aquel puente? Dicen que iniciarán una investigación especial, pero a quién se le ocurrió que la mejor forma de tranquilizar a una masa de gente enfervorecida era a manguerazo limpio?

Esta ciudad se prepara para honrar a sus muertos, los templos, las casas y las calles se prepararán para funerales que durarán entre tres y cuatro días. Las familias, con unos vergonzosos 1.200$ ofrecidos por el presidente en concepto de "indemnización y silencio", se preparan todavía para identificar a los suyos recorriendo varios hospitales de la ciudad.

Se celebraba el fin de las lluvias y la nueva cosecha. Muchos recordarán que el fin de las lluvias supuso también el fin de cientos de miradas, que la nueva cosecha este año trajo también la muerte. Aprenderemos cómo superar estos trances con Buda, con los señores de naranja y con un pueblo preparado para asumir estos capítulos de la historia con pena y resignación. Esperemos que esta vez los culpables no esperen treinta años para asumir su responsabilidad.

Estuvimos cerca y a la vez tan lejos, pero os sentimos cerca. Son más de 11.000 kilómetros los que nos separan, pero no pasa el día en que recordemos algún capítulo vivido junto a ustedes o compartiendo las noticias que nos enviáis por mail.

Gracias por estar ahí, tan cerca.

Abrazos,

viernes, 19 de noviembre de 2010

Entre chubasco y chubasco...

Nos piramos para la playa!

Phnom Penh celebra el final de la temporada de lluvias -aunque seguimos con nuestro chaparrón diario!- con el Water Festival... y nosotros nos escapamos a una isla donde nos aseguran que sólo hay palmeras, hamacas y agua cristalina!

Pensaremos en los que tendrán que aguantar el temporal que atraviesa la península...

Buen fin de semana a todos, descansad!



AB

miércoles, 17 de noviembre de 2010

BKK (y II): De la inmersión total al escape

Alguno de ustedes ya sabéis de nuestra tendencia a los museos de nueva generación, el Museo de Siam con el que cerramos nuestras visitas culturales del domingo pasado en Bangkok fue un ejemplo más para aferrarnos a esta tendencia.

Vaya por delante que no tenemos nada en contra de las grandes salas llenas de piedras de incalculable valor artístico pero, como nos ocurrió hace un par de semanas visitando el Museo Nacional de Phnom Penh, la visita acaba siendo un acercamiento frustrado a una cultura que, desde fuera, creíamos que íbamos a conocer mejor.

No se trata de alterar el contenido de los museos, sino de desarrollar un discurso histórico más allá de la mera exposición de las obras... y no me refiero a un cartelón enorme a la entrada la sala en la que te suelten una parrafada infumable, sino a marcar itinerarios dentro de la propia sala con elementos de interacción y que ayudan al visitante a comprender la relevancia de las piezas expuestas.

Isa negociando la venta de unas piedras preciosas por lana
Eso nos ocurrió con el Museo de Siam, fue una visita que surgió entre templos, budas y mercadillos y que nos sirvió para conocer mejor la historia del país. Nos recordaron que, aunque estuvieron en la órbita de países europeos, nunca fueron colonizados; cómo surgió y cómo se creó la identidad thai; versiones diferentes sobre una ciudad mítica contada desde el punto de vista de pueblos enfrentados a través de sombras chinescas; la ruta de los mercaderes... en fin, algo muy completo que difícilmente hubiéramos aprendido de otro modo.

Evidentemente también tiene otra parte, menos discursiva y más lúdica, que son los escenarios de cartón piedra para la foto, los disfraces y las experiencias en primera persona.

Isa reconvertida en cocinera callejera
Tuk tuk, sir?
Además de hacer el bobo, Isa presentó un telediario que luego -sin saberlo- quedó grabado y se emitía en contínuo.. esperemos que sólo hasta que la próxima visita grabe otro!

Tiembla, Ana Blanco!
También nos pasamos por el bar, donde coincidimos con un grupo de adolescentes thai que estaban encantados con volver a los 60/70 y pedirle a la Rock-ola que sonara Sway o That's amore...

My Thai-Blueberry Nights
Dejamos el neón y los disfraces para volver a salir a a la calle y encontrarnos con la otra realidad, más oscura y rutinaria. A dos manzanas, ignorando que era domingo por la tarde, recogían el mercado de frutas y hortalizas para dejar paso al de las flores... 

Primera vez en este continente que vemos frutas y hortalizas limpias y envasadas!
Después del paseo, y considerando que eran apenas las seis y pico de la tarde, nos lanzamos a la zona de la ciudad donde están los centros comerciales y los rascacielos.

Pink taxi en marcha
Isa ya contó lo del BMK, uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad y nuestro interés por ir al cine... Pero como ella misma dijo, la única diferencia entre el cine normal y las salas de cine VIP es que ponen el aire acondicionado a tope y agradeces que te hayan dado una mantita! Eso, lo de "en pie para presentar nuestros respeto a los Reyes" justo antes de la película y los subtítulos en thai son los detalles que se quedarán para la historia!

Subtítulo de alguno de los n trailers que sufrimos antes de la peli.. 25 minutos de anuncios!
El lunes fuimos a Chinatown en barco, una forma estupenda de evitar atascos y llegar enseguida a la otra punta de la ciudad... además de económico (como un euro por los dos!), nos permitió ver otra perspectiva de la ciudad y comprobar cómo el agua sucia de los ríos cambia de color según qué ciudad. En Sevilla, el agua da la impresión de ser verde; en Varanasi, marrón claro opaco; y en Bangkok, un gris cemento espesote que daba asco.

City de BKK desde el río
Entre las muchas tiendas del barrio, también organizadas por gremios, nos sorprendió encontrarnos con una tienda de billares y futbolines... Alguien conoce alguna tienda así en España? Que esté en plena ciudad, no en las afueras? boooh? También había tiendas de botes de plásticos de todos los tamaños, de básculas, pesos y romanas, de corte al láser de aluminio... en fin, de todo.

Qué mejor nombre para un modelo de futbolín?
Entramos casi sin querer en el mero mercado, entre empujones, carros, motos y puestos, nos pasamos una hora recorriendo tiendas al por mayor de zapatos, juguetes, bolsos, toallas, pegatinas... tiendas pequeñas pero con un género concreto que no ofrecen sino a partir de 10/15 cajas. Isa encontró unos zapatos que no le vendían sino compraba 10 pares, creo!

Paso, paso!

En una de estas calles me crucé con un novato del CMUSA del último año! booh?
De toooooodo! Eso sí, de plástico y de un sólo uso...
Más...

Más puñetitas, no se cansan!
Agobiados por la muchedumbre y cansados de tanta mercancía, nos alejamos del mercado por la parte de alimentación, donde nos encontramos con estos simpáticos cangrejos, presos pero obedientes!


El martes nos despedimos de la ciudad desde la Golden Mountain, desde donde intuimos parte de la ciudad moderna a la que no llegamos y saludamos a nuestro enésimo amigo Buda... hemos debido ver unos doscientos y pico en cuatro días!
BKK, inmensa!
Cogimos fuerzas para el viaje en un café que encontramos "por casualidad", unas tostadas con la cara de Piolín fue nuestra última ingesta en Tailandia... nada que ver con el pad tai de la primera noche!


Por cierto, apuntes de actualidad... Estando todavía en Bangkok surgió la noticia de la liberación de Aung San Suu Kyi, la que muchos consideran la Mandela asiática. Son muchos los artículos que se suceden en la prensa local sobre ella, recogidos en su mayoría de medios internacionales (nytimes, guardian o iht) porque levanta mucha expectación el personaje y el proyecto. Hace un par de semanas me llamó la atención la guía de Rough Guide del Sudeste Asiático para mochileros, en su introducción explicaban que recogían la petición de la líder birmana y no incluían información sobre Myanmar (o Birmania?) para no atraer turismo a un país controlado por la junta militar hasta que no se instaurase una verdadera democracia. Pues eso, editores comprometidos que saben que algo se puede hacer. Apuntado queda.

Otra, vía skup, veo:

Explosión en Camboya. Al menos 14 personas han muerto al estallar una mina antitanque al paso de un tractor. El suceso tuvo lugar en la provincia de Battambang, donde estaba en los 80 el frente de batalla entre las tropas del Gobierno y el Jemer Rojo.
Menos de 1 minuto

En este país hay unos diez millones de minas (Documentos TV del pasado domingo, ahora en rtve a la carta EDITADO: no,error! se emite el próximo sábado en La 2!). Ayer leía que Ruanda había sido declarado el primer país libre de minas en la Cumbre de Cartagena. Cuántas minas quedan olvidadas en este mundo después de absurdos conflictos? Cuánto cuesta eliminarlas? Quienes somos los principales países exportadores de armas (así, en general.. me da igual minas, tanques o navajas de Albacete!)? Vergüenza debería darnos.


AB

jueves, 11 de noviembre de 2010

BKK (I): Luces, compras y acción!

Nuestra primera escapada dio muuuuucho de sí. Creo que hasta llegar a este país, nunca habíamos pensado en ir a Bangkok; pero mereció la pena.

Aterrizamos directamente en Khao San Road, circo de luces y puestecillos entre los que se pierden hippies, mochileros, turistas accidentales y locales en busca de intercambios culturales con extranjeros. Tuvimos tiempo de pasear y empezar a adivinar lo que nos iba a ofrecer la ciudad: puñetitas en formato camisetas, zapatos, relojes, sombreros, vestidos, gorras, cosas de luces... 


Lo mejor de la bienvenida a Tailandia fue un Pad-tai espectacular en la curva de Rambuttri, allí hicimos bienvenida y despedida del país!


El sábado, por eso de empezar por lo más duro, pillamos el bus y nos metimos en faena en el mercado de fin de semana de Jatujak (léase Chatuchak), donde en unos 4 km cuadrados tienes tooooodo lo que puedas imaginar! 


Se mezclan los puestos de ropa y souvenirs con otros especializados en pinzas decoradas (sí, esas piezas de madera que sirven para tender la ropa!), collares, loza, muebles, lámparas, piedras, cestos, alfombras... en fin, una locura! Creo el mercado nos abdujo unas cuatro o cinco horas! Hicimos algunas compras para nuestra casa nueva: escurreplatos de madera, palillos, alfombrilla del baño... en fin, pequeños lujos que no hemos encontrado en Camboya! Para los que vengan: hay muebles increíbles a precios bajísimos... sólo hay que negociar cómo llevarlo hasta España con algún puesto de las empresas de transporte que se ofrecen en el mismo mercado.

El premio al artículo más absurdo se lo lleva una especie de cono de plástico (¿?) que por 0.25$ permite a la mujer orinar de pie... o eso dicen! Yes, we can... ¿? 


El domingo, día cultural entre el museo nacional y el Wat Phra Kaew. 


Aprendimos cómo los elefantes se utilizaban como insólitas monturas por estas tierras... me suena haber escuchado de pequeño cómo Alejandro Magno se encontró con los primeros elefantes de guerra en sus batallas con los persas y luego los usó en sus conquistas asiáticas, pero claro.. aquí lo usaban siempre en todas sus batallitas, no es algo anecdótico!


En el Wat Phra Kaew, aparte de la nube de turistas, nos sorprendieron las cubiertas de los templos, las pequeñas piezas de colores y la mínima expresión de Buda en jade que tantos fieles atrae. 





Nuestro malaje con los palacios reales no conoce fronteras y los tai nos impedían entrar ese día... aunque logramos entrar con la misma entrada al día siguiente y tampoco podíamos decir que nos hubiéramos perdido mucho! booh?

Aprovechamos para ver el Wat Pho, con sus guardianes, sus gigantes y su colección de budas.


No se cuántos tendrán, me suena haber leído en la guía que unos tropecientos! Pero sin duda, el más es el Buda reclinado de 46x15 que asombra a cualquiera!


(Hemos tenido visita apenas aterrizar de Bangkok y acumulamos tarea... paciencia!)

Abrazos,

viernes, 5 de noviembre de 2010

Instalados, aunque nos escapamos!


El lunes por fin dormimos en casa, nuestra casa! El equipaje parecía que se hubiera duplicado en este mes en casa ajena... pero llegamos, firmamos y vencimos!


Antes de irnos a comer, ya movimos algunos muebles; el martes, desterramos los que no queríamos y recolocamos el resto; el miércoles compramos unas telas para tapar el sofá y, si se nos da bien, hacer cortinas... y el jueves, ayer, estuvimos tranquilamente en casa, nuestra casa. Hoy viernes, aún sin terminar de limpiar/recoger/ordenar, os la enseñamos.


Ya celebramos nuestras primeras cervecitas en la terraza con la gente de la oficina de Isa, y queda abierto el libro de reservas! Poco a poco iremos apañando la casa para que parezca un hogar.. ahora mismo es como una habitación de hospital con cocina y terraza, pero mi mujer tiene ciertas teorías sobre el espacio y el orden que nos irán estupendamente.

No nos da tiempo a disfrutarla, nos escapamos de puente laaargo a Bangkok! Hasta el martes, cambiamos de moneda, lengua y cama!

Que tengáis buen fin de semana!


miércoles, 3 de noviembre de 2010

Angkor, o cómo las piedras hablan después de mil y pico años...


Aprovechando el puente de viernes, sábado y domingo, nos escapamos a Angkor, visita obligada en cualquier ruta por el sudeste asiático. El complejo es inmenso, albergó una de las ciudades más pobladas hace mil años... según la lonly, alcanzó el millón de habitantes cuando en Londres no llegaban a 50.000! ups!

Apsaras, mujeres de torso desnudo que amenizan la dureza de la piedra
En la recreación animada que vimos el fin de semana pasado en el museo nacional, se veía cómo vivían entre canales, campos de arroz y palafitos de madera sobre el río... Dicen que la piedra estaba reservada únicamente para la morada de los dioses, así que de la ciudad no se conserva nada de nada, más que los templos y los distribuidores de agua que ingeniaron. Es increíble cómo hace más de mil años lograron controlar el ciclo del agua, no sólo con fines agrícolas.. sino defensivos y ornamentales.
Campos de arroz infinitos...
Escribo rápido y sin inspiración, así que me limitaré a contar a brochazos nuestras impresiones...

Ankor Wat, el principal templo de la zona, se considera el recinto religioso más grande del mundo. Desde pequeño escucho que el cabildo de canónigos que puso en marcha las obras de la Catedral de Sevilla se propuso seriamente: "fagamos una obra tal e tan grande que los que la vieren acabada nos tomen por locos". Bien parece que la locura no entiende de credos y cada particular emprende obras según el encargo de su espíritu.
Vista de Angkor Wat desde el estanque sur
Con sus tres picos, forma parte de los templos-montaña propios de la época y es el único que nunca ha sido abandonado. Hay peleas de grupos organizados por verlo al amanecer/atardecer o desde el Phnom Bakheng... (por suerte, cuando nos despertamos el domingo a las 4 de la mañana vimos que estaba nublado y regresamos a la cama).

Es curioso cómo sobreviven algunas piedras amontonadas sin sentido, esperando ser devueltas a un puzzle imposible o esculturas de buda abandonadas y descabezadas por revoluciones anteriores.




Un puente de nagas -serpientes de la mitología jemer con cinco o siete cabezas- te acompaña hasta el recinto central, donde entre piedras secas, ásperas, enverdecidas o simplemente rotas, logran una extraña atmósfera entre la espiritualidad y el desconcierto.


Subir por esa empinada escalera y encontrarte junto a esos picos sobresaliendo por encima de la jungla supone refugiarte entre lo infinito del horizonte y el silencio de viento fresco que recorre los patios. En el centro, un buda recostado espera inspirar almas y corazones.

Uno de los budas del interior de Ankor Wat

Bayón fue sin duda el que más nos gustó. Alejado de Ankor Wat, a unos diez minutos en tuk, se levanta otro impresionante templo del siglo XII que parece vigilar a los cuatro vientos desde sus numerosas torres. Habíamos visto antes esas caras en la parte alta de algunas puertas o en algún punto aislado, pero es impresionante toparse de frente con más de doscientas caras impasibles, entre sonrientes y enigmáticas.


¿Cuántas sonrisas hay en la imagen?
En nuestro segundo día de visita nos dedicamos al resto de templos más alejados... Basta salirse un poco de la ruta, y te encuentras con cañones y ametralladoras en silencio desde hace unos treinta años... ¿es tan complicado desmantelar arsenales? Podían empezar por las minas antipersonales que aún hay repartidas por esta tierra -cerca de la frontera, no al lado de atracciones turísticas... no os preocupéis!- y que aún mutilan a paisanos que atraviesan el campo tranquilamente. 


Nosotros, que no nos salimos del camino, subimos al Phnom Bok por su escalera de 600 escalones... sudando la gota gorda, pero recompensados por una solitaria visita al los restos del templo y por las vistas de los campos de arroz de los alrededores... Sorprende la absoluta planicie de esta tierra!

 
Creo que Isa tiene unas fotos impresionantes del Ta Prom que aún no ha posteado.. o si? Ya veréis.. ya! cómo es posible que los arbóles crezcan encima de los muros, cómo las raíces buscan el agua de la tierra atravesando templos, cómo las duras piedras ceden a la fuerza de las raíces y acaban dejando paso o perdiendo la compostura...


Nos despedimos inesperadamente en el Preah Khan, templo con cuatro brazos idénticos orientados hacia los puntos cardinales, que rompe su simetría con la sala de las bailarinas y con este curioso edificio de doble planta que recordaba a la antigua Grecia...


Merece la pena la visita, cuesta 40$ la entrada para tres días... pero también podíamos habernos pasado una semana! Hay muchos templos y cada uno de ellos encierra mil historias en sus bajorrelieves que no pudimos apreciar... volveremos con los que pasen por aquí para visitarnos, así que ya nos quitaremos la espinita!

Lo dicho, cero inspiración... pero confío en que las fotos que veáis por aquí y en el quemevoy os hagan buscar billete para participar de esta aventura.

Abrazos,